La directora de Semana, que sigue evadiendo los cuestionamientos sobre una eventual aspiración suya a la Presidencia, estará en Medellín el 28 de agosto en un evento que ella misma presentó como el primer momento de un recorrido por el país. En medio, la diluida frontera entre política electoral e información, y también el apoyo de instituciones públicas y privadas a la estrategia de Dávila.
Casi nada en el mensaje permite asociarlo con una iniciativa periodística: «Recorreré más de 30 ciudades y regiones en los próximos meses para entender mejor sus desafíos y retos, y ayudar a visibilizar sus logros».
El trino lo publicó Vicky Dávila, directora de la revista Semana, en la mañana del 17 de agosto. Sigue así: «Lo importante es estar en la calle con los colombianos, y tener la oportunidad y el privilegio de escucharlos. Solo así se logra conectar con los ciudadanos».
Decimos que “casi nada” suena periodístico porque el asunto admite un matiz: el nombre de Dávila se asocia con medios de comunicación desde hace más de dos décadas y Semana, aun con su mutación desde que fue adquirida en 2019 por Gabriel Gilinski, es una de las marcas más reconocidas del periodismo colombiano.
Sin embargo, si obviamos el pasado y nos centramos en el mensaje, aparecen los lugares comunes propios de casi cualquier precampaña a un cargo de elección popular en Colombia:
—Recorreré más de 30 ciudades y regiones en los próximos meses para entender mejor sus desafíos y retos.
—Lo importante es estar en la calle con los colombianos.
Dávila lleva varios meses evadiendo las inquietudes planteadas en diferentes escenarios sobre su eventual aspiración a la Presidencia, suscitados también por una encuesta de Guarumo y Ecoanalítica, pagada por Semana, en la que la directora de esa revista aparece como “posible precandidata”. También ha evadido los cuestionamientos porque, de concretarse una candidatura, se estaría catapultando desde la dirección de uno de los medios más leídos del país sin declararles ese conflicto a sus audiencias.
En todo caso, más allá del debate y las confrontaciones que ha suscitado la ambigüedad sobre su interés de ser candidata y la apuesta editorial/política de su revista, lo cierto es que con su trino Dávila convocó a un evento el próximo 28 de agosto que anunció como el primero de una gira por todo el país.
Entonces, no parece cuestión de azar que su primera parada sea en la ciudad que actúa como trinchera de la oposición al gobierno de Gustavo Petro y desde la que se proyecta el impulso de la derecha para retomar el poder en 2026. Además, lo hace con el apoyo de la Alcaldía de Medellín, EPM y el Área Metropolitana del Valle de Aburrá. También de la caja de compensación familiar Comfama* y de la Universidad Eafit, que prestará sus espacios.
Y eso, la participación de esas organizaciones que pusieron sus recursos para el evento, abre otros frentes de discusión. Por una parte, sobre la destinación de dineros públicos a una iniciativa que se mueve poco en lo periodístico y mucho en lo electoral. Por la otra, por lo que dice su apoyo sobre cómo se ubican en el juego de poder una caja de compensación con más de 1.3 millones de afiliados y una de las universidades privadas más importantes del país, que tiene además un estrecho vínculo con el empresariado antioqueño.
De Foros Semana a Foros Vicky
Además de las consignas sobre la importancia de recorrer el país y conocer los problemas de las regiones, el trino de Dávila incluyó una etiqueta que personaliza aún más la iniciativa: #VickyPorColombia.
Sin embargo, detrás de lo que fue anunciado en esos términos por la directora de Semana hay una estrategia comercial que expone lo que parece un juego a dos bandas de ese medio y de la propia Vicky Dávila.
Adriana Garnica, secretaria de Comunicaciones de la Alcaldía de Medellín, le dijo a El Armadillo vía telefónica que se sorprendió con el trino porque desde febrero la administración distrital recibió la propuesta para vincularse comercialmente a un evento de Foros Semana, un producto que existe mucho antes del aterrizaje de los Gilinski y que ese medio califica como “los espacios de discusión más importantes del país”. El modelo consiste en organizar paneles y espacios de conversación e invitar a instituciones públicas y privadas que pagan por participar en los foros y en la definición de sus agendas.
“A mí me cogió por sorpresa. Yo nunca hablé con Vicky, siempre hablamos con el área de foros de la revista Semana y con ellos acordamos los ejes temáticos para hablar de los retos de Medellín. No lo veíamos con un tinte político”, dijo Garnica.
Entonces, le preguntamos si para la Alcaldía existió una manipulación por parte de Semana: “Los compromisos y los ejes temáticos están. Obviamente ella es la directora y los directores de los medios son un gancho desde lo comercial. Pero yo soy ajena a lo de Vicky”, respondió la secretaria.
Y es que ni en la pieza gráfica que compartió Dávila con los detalles de hora y fecha del evento ni en lo que escribió en su trino hay alguna mención a Foros Semana o a que esa jornada incluya a alguien distinto a ella misma. Garnica nos compartió la agenda temática que, según nos dijo, aún está pendiente de que se definan los voceros de uno de los paneles.
El documento tiene el encabezado de Foros Semana e incluye cinco momentos. Primero, las palabras de bienvenida de Carlos Enrique Rodríguez, subdirector de Semana; luego hay tres conversatorios y cierra Vicky Dávila junto al alcalde Federico Gutiérrez.
En el listado de invitados a los paneles de conversación figuran los voceros de cada una de las entidades que pusieron sus logos para la iniciativa, y otros actores con poder e influencia en la política local y regional.
El primero de los tres espacios, que será sobre la situación actual de Medellín y el Valle de Aburrá, reúne a Paula Palacio, directora del Área Metropolitana; Tomás Elejalde, gerente del Metro; y Claudia Restrepo, rectora de Eafit. El segundo, sobre mujeres y jóvenes, es el que aún no tiene definidos sus participantes. Y el tercero, sobre la “visión empresarial”, tendrá a David Escobar, director de Comfama; John Maya, gerente de EPM y María Bibiana Botero, presidenta de Proantioquia.
En resumen, quienes lideran algunas de las entidades públicas más importantes de la región, una rectora universitaria, la presidenta del “think thank” de los ‘cacaos’ antioqueños y el director de la tercera caja de compensación más grande del país por número de afiliados, le servirán de teloneros a la conversación entre Dávila y Gutiérrez, pagada por la Alcaldía y que la agenda denomina “entrevista”.
Nota: luego de que publicamos este análisis Comfama se comunicó con nosotros y nos aseguró que su vocero en el evento no será su director, David Escobar, sino Lucas Yepes, responsable de Empresas Comfama. Esa información contradice el documento que nos fue enviado por la Alcaldía de Medellín en el que su nombre aparece en un panel previsto para las 11:00 de la mañana del 28 de agosto. De acuerdo con esa entidad, Escobar nunca ha estado previsto como vocero en ese evento.
El medio como partido
Una eventual candidatura de Vicky Dávila, la línea editorial de Semana y los cuestionamientos de algunos periodistas y políticos por su falta de transparencia sobre sus aspiraciones hacen explícitas las grietas en el ideario liberal del periodismo como contrapoder, que supone una separación con la política electoral.
Esa apuesta, muy propia de las escuelas norteamericanas de periodismo, la heredó una parte de la prensa colombiana en una versión tropical que pretende ese distanciamiento, pese al origen partidista de muchos medios y a los vínculos de negocios y propiedad con grandes conglomerados económicos que, a su vez, influencian decisiones políticas.
Ómar Rincón, profesor e investigador del Centro de Estudios en Periodismo de la Universidad de Los Andes, nos dijo que en el siglo XXI “el periodismo perdió el pudor”. Eso, en el caso de América Latina se profundizó con gobiernos como los de Chávez, Uribe, Correa, Evo Morales y Cristina Fernández. En ese contexto, dice, “los periodistas dejaron de ser informadores y se convirtieron en parte de la oposición o de la propaganda política”.
Y a su juicio, en el caso colombiano, Dávila encarna esa decisión de valerse del periodismo para moverse y posicionarse en la política. Entonces, Rincón propone un paralelo que, si bien abre otros frentes de discusión —la diferencia entre lo público y lo privado, por ejemplo—, expone cómo esa apuesta se reproduce en sectores antagónicos: “En este momento nadie considera que Vicky Dávila es periodista, así como Hollman Morris en RTVC tampoco lo es. Vicky usa a Semana como su plataforma y como su movimiento político, y el tour que va a dar tiene la lógica de mostrar cómo ella es la líder de la oposición política en Colombia”.
En todo caso, la discusión que ha suscitado Dávila está lejos de ser un asunto cerrado a las escuelas de periodismo. Para resumir apenas algunos episodios podemos retomar su pelea tuitera con Claudia López que empezó en febrero, pero se reaviva cada tanto; otra más en mayo con Camila Zuluaga, de Blu Radio, que le pidió en su programa decir si aspira a la Presidencia; y más recientemente con Daniel Pacheco, editor general de La Silla Vacía, luego de que ese medio publicó una nota a principios de agosto sobre las encuestas de intención de voto pagadas y publicadas por Semana en las que miden a Dávila y gana en varios escenarios.
Esa corta línea de tiempo expone que desde hace meses la directora de Semana es una de las protagonistas del debate político y electoral en Colombia, al punto de que su imagen y las controversias que la involucran son un recurso explotado con frecuencia en medios dedicados a arrastrar clics.
Ese panorama complica el desmarque de las entidades públicas y privadas que tratan de zafarse de las críticas que apuntan a que su apoyo al evento del 28 de agosto es una forma no tan velada de promover las posiciones y las aspiraciones que representa Vicky Dávila.
El desmarque y el discurso de la neutralidad
La recién creada plataforma de control social Poder Ver reúne a 19 de las organizaciones de la sociedad civil más importantes de Antioquia. En un pronunciamiento, esa plataforma aseguró que las entidades que apoyan el evento son “conscientes del lugar que ocupa la voz oficial de la revista Semana en el panorama político nacional” y cuestionó la destinación a ese evento de recursos públicos y de los aportes parafiscales que administra Comfama:
“Este apoyo no se puede calificar de ingenuo, por el contrario, revela la matriz en la que se inscriben los intereses que pueden juntar a la Revista Semana, a su voz oficial Vicky Dávila, al sector empresarial, el alcalde del distrito y al gobernador del departamento”, dice la comunicación.
Entretanto, El Colombiano publicó una nota en la que afirmó que el evento “puso en aprietos a algunas entidades de la ciudad”, y asegura que consultó a varias fuentes que “se mostraron extrañadas porque no era ese tipo de evento el que les ofrecieron”.
Sin embargo, El Armadillo envió un breve cuestionario a todas las entidades participantes y, con excepción de la sorpresa que dijo sentir la secretaria Garnica, las posturas oficiales le hicieron el quite a cualquier cuestionamiento explícito a Semana, dijeron no haber tenido en consideración o no haber contado con información sobre una eventual candidatura presidencial de Dávila para el momento en que decidieron apoyar al evento, o simplemente evadieron la pregunta. Para acceder a las respuestas completas dé click en este enlace.
A una primera pregunta sobre la forma como se vincularon, todas las instituciones coincidieron en una idea que puede resumirse en su interés de participar en las discusiones de ciudad y región. Y a otra, sobre si tuvieron en cuenta una eventual candidatura presidencial de Dávila en el momento en que decidieron participar, respondieron con algo más de matices:
El Área Metropolitana, por ejemplo, dijo que no lo tuvo en consideración y que como entidad no hace parte de esa discusión. Comfama dijo en su primera respuesta que destinó al evento $55 millones como patrocinio publicitario, pero que es “neutral políticamente y no participa ni participará en ningún sentido en temas políticos electorales”. A la segunda, esa caja de compensación respondió que “el análisis y aprobación de esta propuesta se dio antes de que la directora de la Revista Semana, Vicky Dávila, comenzara a aparecer en los sondeos de opcionados a las próximas elecciones presidenciales”.
Eafit no respondió de forma específica a las dos preguntas que enviamos, pero nos remitió una postura general en la que asegura que recibió una solicitud de la Alcaldía de Medellín para facilitar el espacio para “un foro regional promovido por la revista Semana” y que decidió hacerlo “con la convicción de lo pertinente que es que las entidades regionales puedan tener conversaciones sobre el prospecto de la región”. Omitió en su respuesta que Claudia Restrepo, rectora de esa universidad, es una de las panelistas.
Nota: luego de que publicamos este análisis, Eafit se comunicó con nosotros y nos aseguró que Claudia Restrepo, rectora de esa universidad, no está en la agenda del evento. Esa información contradice el documento que nos fue enviado por la Alcaldía de Medellín en el que su nombre aparece en un panel, a las 9:20 de la mañana del 28 de agosto, junto a la directora del Área Metropolitana y el Gerente del Metro.
Finalmente, EPM evadió la pregunta sobre Vicky Dávila. En su respuesta habló de “contribuir a la armonía de la vida para un mundo mejor”, habló de la importancia de compartir opiniones “para el desarrollo y progreso de nuestro país” y de “la importancia [de] que medios de comunicación masivos, de amplio impacto y trayectoria de varias décadas en Colombia, se conviertan en agentes dinamizadores para lograr dichos objetivos”.
En el cuestionario también les preguntamos a las tres entidades públicas —Alcaldía de Medellín, EPM y Área Metropolitana— si destinaron recursos para el apoyo al evento de Semana. Todas respondieron que sí, pero sin aclarar el monto. Insistimos y al cierre de este texto el Área Metropolitana nos precisó que su aporte fue de $50 millones. La Alcaldía de Medellín nos explicó que la contratación no se ha realizado, pero que está previsto un rango que oscila entre $40 y $60 millones, que depende de algunos entregables que aún están por definir. EPM no respondió.
También le escribimos a Vicky Dávila para preguntarle sobre los enfoques del evento y, específicamente, si será candidata a la Presidencia. Hasta la publicación de esta historia no había respondido.
Ómar Rincón es explícito en su crítica. Dice que esos aportes representan un apoyo “a Vicky Dávila en el lanzamiento de su campaña política”. Para él, con este episodio “el establecimiento paisa puso en evidencia qué quiere, qué apoya y dónde está localizado”.
El pronunciamiento de la Plataforma Poder Ver incluye una idea en el mismo sentido: “Quienes se suman a esta alianza desde lo local, en este caso desde Medellín, que será la primera ciudad en ser visitada, tienen perfectamente claro el trasfondo de estos eventos y lo respaldan”.
El profesor uruguayo Philip Kitzberger, que se especializa en las relaciones entre gobiernos y prensa en América Latina, publicó en 2009 un artículo sobre el panorama de esas relaciones en medio del giro político hacia la izquierda que vivía la región. En ese momento planteaba una hipótesis: “A medida que las fuerzas opositoras se perciben incapaces de disputar el poder en la arena electoral, se repliegan y concentran sus energías en otras esferas como la mediática”. Kitzberger hablaba, entonces, de que podrían esperarse oposiciones muy activas y sobrerrepresentadas en los medios.
Si su análisis se ubicara en la actualidad y abordara el caso de Colombia, quizá tendría que agregar dos consideraciones: que la oposición no solo tiene un lugar sino que la ejerce en cuerpo propio la directora de un medio nacional que es, a su vez, propiedad de un gran conglomerado económico. Y que eso, en todo caso, también tiene efectos sobre la relación con los medios de otros actores de la política, del empresariado y de la academia; incluso de aquellos que se declaran neutrales.
*Nota editorial: El Armadillo ejecuta, con apoyo de Comfama, un proyecto de análisis sobre medios y periodismo, que incluye herramientas como la pieza de «detrás de El Armadillo» al final de este análisis.