Analizamos los datos de la segunda vuelta en Medellín comuna por comuna y sacamos cinco conclusiones. Entre ellas, que Hernández ganó en todas las comunas aunque Petro creció en toda la ciudad. En las zonas más pobres, la brecha entre ambos fue menor.
por: Juan David López Morales y Vanesa Restrepo
30 de mayo de 2022. Un televisor encendido en la salsamentaria Bolívar, en el occidente de Medellín, emitía el discurso con el que Federico Gutiérrez anunció que, ante su derrota en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, votaría por Rodolfo Hernández para la segunda.
Tres hombres de entre 40 y 55 años, sentados en una de las mesas, repetían frases de incredulidad mezcladas con insultos. Cuando la imagen cambió para revivir el discurso de Rodolfo Hernández desde una cocina en Santander, uno de ellos se subió en una silla, sacó un marcador, le pintó lágrimas en los ojos al pendón con la cara de Fico Gutiérrez que tapaba el nombre de la tienda y luego escribió: “Próximente afiche de Rondolfico Hernández” (sic).
Dos días después, el pendón de Fico había desaparecido, pero su reemplazo no llegó, aunque los microperforados con el nombre de Rodolfo Hernández sí se multiplicaron en los vidrios de los carros que se parqueaban cerca.
La escena de la salsamentaria resume bien lo que varios sectores políticos esperaban que sucediera en Medellín para la segunda vuelta: que los 603.374 votos que obtuvo Gutiérrez en primera se sumaran a los 141.337 de Hernández. Y aunque el candidato de la Liga de Gobernantes Anticorrupción casi quintuplicó su votación, esa transferencia de votos no fue completa.
El Armadillo, con la ayuda de Alejandro Henao Ruiz, especialista en analítica de datos, procesó las cifras del escrutinio de la primera vuelta y del preconteo de la Registraduría en segunda por cada una de las 16 comunas y los cinco corregimientos de la capital de Antioquia. Estas son nuestras cinco conclusiones sobre los resultados que llevaron a Petro a la Presidencia a pesar de Medellín.
1. Con Fico y Rodolfo, uno más uno no fue igual a dos
Las cifras indican que en la segunda vuelta en Medellín votaron 1’111.449 personas y que Hernández —que ganó en todas las comunas y corregimientos, excepto en las cárceles— obtuvo la mayoría con 62,5 % de los votos, frente a un 34,04 % de Petro.
Si la transferencia de votos hubiera sido completa, Rodolfo Hernández debería haber sacado al menos 744 mil: los votos de Gutiérrez sumados a los suyos en primera vuelta. No obstante, de acuerdo con el preconteo de la Registraduría, el candidato de la Liga de Gobernantes Anticorrupción obtuvo 684.161 votos.
Federico Gutiérrez sacó 603.375 votos en primera vuelta, mientras Rodolfo Hernández obtuvo 141.337 votos en Medellín. Para segunda vuelta, Hernández sumó 684.161 votos.
Aún con ese resultado, Mauricio Tobón Franco, cabeza de la campaña de Hernández en Antioquia, aseguró que “eso (la transferencia de votos) sucedió”. Según su análisis, hubo una mezcla de votos movidos por el activismo de partidos que se unieron a la campaña, y de ciudadanos que simplemente votaron por Gutiérrez en primera y se sintieron más “identificados” con Hernández para la segunda.
Diego Rubiano, subcoordinador del Observatorio Político de la Misión de Observación Electoral (MOE), señaló que Medellín fue “la única ciudad donde los votos de Federico casi que se le endosaron completos a Rodolfo Hernández, no de 1 a 1, porque los cálculos no se hacen de esa manera, pero sí tuvo una relación muy favorable que no le ocurrió en el resto del país”.
2. El voto del sur es más antipetrista que el voto del norte
La resistencia a la candidatura de Gustavo Petro no fue igual en toda la ciudad. Al revisar los datos por territorios, se encuentra un patrón: fue más votado en el norte y menos votado en el sur.
La diferencia total entre Hernández y Petro en Medellín fue de 28,51 %. Eso es 311.805 votos, más de los 303 mil que eligieron a Daniel Quintero en 2019. Pero detallar cuáles divisiones territoriales quedaron por encima y cuáles por debajo de ese promedio marca una tendencia en el mapa de la ciudad.
Por encima del promedio se ubicaron el corregimiento de Palmitas y las comunas 10 (La Candelaria), 11 (Laureles-Estadio), 12 (La América), 15 (Guayabal), 16 (Belén) y, sobre todo, la 14 (El Poblado), donde se dio el voto más antipetrista de la ciudad. La diferencia también superó al promedio en los puntos masivos del Estadio y Plaza Mayor.
En esas zonas están los hogares con mayores ingresos según la información de pobreza monetaria del DANE. De acuerdo con datos de la Cámara de Comercio de Medellín a 2015, estas comunas, sacando a La América, concentran el 60 % de las empresas de la ciudad, con propiedad del 90 % de los activos.
El sociólogo Guillermo León Moreno, director del Centro de Estudios de Opinión de la Universidad de Antioquia, cita ese dato para resaltar la diferencia socioeconómica que coincide con las tendencias de voto de la segunda vuelta. Además, señala que mientras el sur tiene mayor concentración de capital, en el norte, en las comunas 1 a 7, vive el 60 % de la población de la ciudad, principalmente entre los estratos 1, 2 y 3. En otras palabras, en esa zona del norte de Medellín habita más de la mitad de la ciudad y es la población más pobre.
“Hay unas inequidades territoriales marcadas por un modelo de ocupación del espacio que configura unas clases sociales”, dice Moreno. Esto se refleja en que en el norte y las partes altas de las laderas oriental y occidental, así como en la zona rural, hay más necesidades básicas insatisfechas y mayor pobreza monetaria y multidimensional.
De estas zonas, la que tuvo una menor diferencia entre Hernández y Petro fue la comuna 1 (6,08 %). En las comunas 2 a 8, la distancia fue de 11 % y 19 %, y en las comunas 9 y 13, fue de 21,02 % y 22,92 %, respectivamente. Estas diferencias por comunas se asemejan a las que se presentaron en 2019 en la elección de alcalde entre Daniel Quintero y Alfredo Ramos (hoy concejal del Centro Democrático).
Sin embargo, para Juan Pablo Vallejo, magíster en estudios urbano-regionales y docente de datos espaciales, no se debe pensar que hay una adscripción histórica de las comunas a una u otra corriente política, mucho menos cuando las figuras personalistas tienen más peso que cada partido o colectividad política.
Vallejo prefiere hablar de características socioeconómicas, en lugar de clases sociales, pues dentro de las comunas hay realidades heterogéneas. Agrega que en el norte y los límites con Bello, hay segregación socioespacial con situaciones económicas media y baja que no solo se evidencia en los ingresos, sino también en las condiciones físicas de las viviendas y en el acceso a servicios públicos, educación, alimentos, etc.
El sur, por su parte, está conurbado con Envigado en sus sectores de ingresos más altos, y con Itagüí en sus sectores de ingresos medios y bajos. En ambos casos, las necesidades insatisfechas son menores. Y allí, en lugar de segregación, hay una renovación urbana que creó propiedades de mayor valor y aportó un elemento adicional de estatus para quienes habitan en esas zonas.
Para establecer correlaciones con el voto, Vallejo considera necesario hacer análisis más focalizados, barrio por barrio, y no solo la generalidad de las comunas. Por ejemplo, en El Poblado hay barrios de estratos bajos que pueden tener preferencias muy distintas a sus vecinos que tienen los mayores ingresos de la ciudad.
Finalmente, Moreno le suma al análisis el papel que tuvieron los jóvenes en estas elecciones, sobre todo después de las movilizaciones de 2021 que se concentraron en el norte de la ciudad. Agrega que no se puede separar este resultado electoral del impacto de la pandemia con pérdidas de ingresos más pronunciadas en los sectores más vulnerables.
3. Petro creció en todas las comunas y corregimientos (y ganó en las cárceles)
Pese a no haberle ganado a Hernández en ninguna comuna, el hoy presidente electo sí logró crecer en Medellín entre el 29 de mayo y el 19 de junio. En términos absolutos, conquistó 96.576 votos más para la segunda vuelta, un aumento del 35 %. Eso sí, ganó en los dos puntos de votación de la cárcel de El Pedregal y en el Centro de Atención al Joven Carlos Lleras Restrepo (en esos puntos votan personas sindicadas, es decir, que están detenidas y procesadas pero no han sido condenadas).
En primera vuelta, Gustavo Petro sacó 275.780 votos en Medellín. En segunda obtuvo 372.356 votos.
La comuna donde más creció Petro fue la 1 (Popular), donde 5.964 votos significaron un crecimiento de 43,6 %. En la comuna 14 (El Poblado), donde Rodolfo Hernández sacó la mayor ventaja, Petro pasó de 5.971 a 8.573 votos, una diferencia de 43,4 % que de todas formas lo dejó muy lejos de los más de 18.000 votos de Hernández.
Luz María Múnera, representante a la Cámara electa por el Pacto Histórico, señaló que ese crecimiento se explica por el trabajo que hicieron las bases de la izquierda. “En estas últimas semanas, incluso más que en la primera vuelta, nos dedicamos a visitar las casas, a resolver preguntas, a explicar el plan de gobierno. Hubo más acciones de ese tipo que encuentros masivos, pero el mensaje le llegó más a la gente”.
Múnera señaló que, desde su punto de vista, la presencia de Independientes, el movimiento del alcalde Daniel Quintero, restó más de lo que sumó, pues “muchos de los votantes de centro y otros partidos no se unieron a la campaña porque tenían temores. Es que la ciudad viene de dos gobiernos, el de Quintero y el de Federico Gutiérrez, que fueron muy desastrosos y causaron mucho daño”.
Esteban Restrepo, gerente de la campaña de Petro en Antioquia, Eje Cafetero y Chocó, y líder de Independientes, defendió la gestión de su movimiento y aseguró que aportaron credibilidad “porque en Medellín hay gente que tiene temores, digamos por algunos discursos históricos de izquierda. Muchos sectores a los que acompañamos (desde la Alcaldía) en los pilotos de reactivación económica después de la pandemia perdieron el miedo de votar por Gustavo Petro”. Restrepo fue nombrado el 23 de junio como encargado del empalme de Petro para Antioquia.
Aunque para Alejandro Matta, exsecretario de Juventud de la administración Quintero, el centro sí tuvo un papel importante en ese crecimiento: «No creo que todo el voto de Fico sea un voto uribista. Y algunos fajardistas arrastraron votos de Fajardo para Petro (Daniel Duque, Camilo Calle, Iván Marulanda)».
4. La derecha sí le apostó a Rodolfo
En las dos primeras semanas de junio, Ana María Arcila, una ingeniera de 38 años, contó más de 55 carros con microperforados de Rodolfo Hernández en su unidad residencial de El Poblado. “Hubo mucha publicidad para Hernández, fue impresionante porque en las conversaciones previas a la primera vuelta siempre decían que parecía un señor loco. Al final mis vecinos se reconocen como uribistas o votantes de derecha, entonces más que un voto por un candidato, creo que fue un voto antipetrista”.
Al hacer balance de la primera vuelta Mauricio Tobón, gerente de la campaña de Hernández en Antioquia, le había dicho a El Armadillo que no iban a recibir apoyo del Centro Democrático y de Federico Gutiérrez. Pero eso cambió, lo que respalda la percepción de Ana María. “Las instrucciones desde Bucaramanga cambiaron y se atendieron (…) hacer el puente con los apoyos que acompañaron a Fico. Eso es público, hay videos de Fico y trinos de miembros del CD», dijo.
Aclaró que nadie cercano a Gutiérrez o al uribismo participó directamente en los actos de campaña. “El ingeniero hizo una sola visita a Antioquia en estas semanas y fue a un partido de fútbol (…) pero hubo reuniones formales del partido CD a las que me invitaron y yo participé”.
Su declaración se contradice con la de Horacio Arroyave, coordinador del CD en Antioquia, quien señaló que no hubo consenso respecto a la posición frente a Hernández, y que lo que hubo fue una “especie de libertad” para que cada miembro del partido apoyara a quien quisiera.
Alfredo Ramos Maya, concejal del Centro Democrático, contó que recibió algunas invitaciones de la campaña Hernández para reunirse, pero que no aceptó ninguna. “Finalmente el apoyo terminó siendo personal y más por frenar a Petro. Pero la percepción que tuve es que esa campaña (la de Rodolfo) era más bien desorganizada”, comentó.
5. Cayó la participación en todas las comunas y corregimientos
La participación nacional en esta segunda vuelta subió 3,18 %, así: mientras que el 29 de mayo votó el 54,91 % del censo electoral (21,4 millones de los 39 millones habilitados), el 19 de junio lo hizo el 58,09 % (22,6 millones), la participación más alta desde 1998. En cambio, en Medellín hubo una disminución del 2,4 % (26.849 votos) entre la primera y la segunda vuelta.
Según Diego Rubiano, subcoordinador del observatorio político de la MOE, la capital antioqueña fue la única de las cinco más pobladas donde esto sucedió. En cambio, la participación creció en Bogotá, Cali, Bucaramanga, Barranquilla y en las demás ciudades del Caribe.
Una hipótesis de esta caída podría ser la ausencia de Federico Gutiérrez, candidato ganador en primera vuelta en la ciudad y quien llegó fortalecido por una campaña que impulsó desde que era alcalde. Sin embargo, para Rubiano, también podría ser una consecuencia de la ausencia en segunda vuelta de una figura de centro, específicamente de Sergio Fajardo.
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Por su parte, Juan Pablo Vallejo, señaló que “en segunda vuelta, la abstención de quienes sí participaron en la primera puede leerse como un voto en blanco no registrado, como un voto de descontento”.