Trinos falsos (y verdaderos), panfletos y desinformación. Así se define la Rectoría de la UdeA

Por Juan David Ortiz Franco

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14 de marzo de 2024

El 19 de marzo el Consejo Superior de la Universidad de Antioquia podría designar rector para el periodo 2024-2027 en medio de las tensiones, más explícitas que nunca, entre el gobierno nacional y departamental. La universidad espera la decisión con el antecedente de una campaña sucia y de una consulta cuestionada por la demora en los resultados.

El jueves 7 de marzo varias paredes del campus de la Universidad de Antioquia aparecieron cubiertas por las fotografías numeradas de cinco de los diez candidatos a la Rectoría de esa institución. Junto a ellas, y con el número uno, aparecía la del empresario Manuel Santiago Mejía. El cuadro lo cerraba un panfleto con este título: “¡Salvar del GEA a la UDEA!”

En resumen, el comunicado firmado por la Unión Comunista Estudiantil decía que “por primera vez” los intereses del gobierno nacional y departamental no coinciden en puntos como la Rectoría de la Universidad de Antioquia y que, por tanto, “esto podría afectar las aspiraciones de las élites antioqueñas representadas en el Centro Democrático”.

También hacía un extenso perfil de Mejía al que vinculaba con el paramilitarismo y decía que el suyo es un ejemplo de “la captura corporativa del Estado como medio de enriquecimiento”. Cerraba con menciones específicas a los cinco candidatos de las fotos y decía que, en ese mismo orden, son las cartas “del GEA” para quedarse con la universidad.

Este fue el cartel que una agrupación de estudiantes pegó en varias paredes de la universidad el pasado 7 de marzo.

El panfleto, que además de pegado en las paredes circuló en cientos de plegables por la UdeA, le subió el tono a una designación que, como planteó La Silla Vacía a mediados de febrero, ha hecho de la universidad “otro campus de la guerra fría entre Rendón y Petro”.  

En los días siguientes circularon por WhatsApp imágenes de publicaciones falsas en redes sociales del gobernador Andrés Julián Rendón y de José Obdulio Gaviria, ideólogo del uribismo y muy influyente en el gobernador, que se metió en el ruido que formó el propio Rendón cuando publicó las cifras de supuestos “estudiantes eternos” en la UdeA. Aunque los trinos falsos no mencionaban nombres, coincidían en promover a una candidata mujer. 

Entre tanto, publicaciones en redes y portales de opinión, llevaron a que un proceso que no suele despertar mucho interés por fuera de la universidad adoptara esta vez, y quizá mucho más que antes, algunas prácticas que se debaten entre la estrategia política y la campaña sucia.

La política universitaria

La ley 30 de 1992 estipula que los rectores de las universidades públicas son designados por el Consejo Superior Universitario de cada institución. Esa misma ley define la conformación de ese órgano directivo y en el caso de las universidades del orden departamental, como la UdeA, son nueve integrantes con derecho a voto: el gobernador (que preside el CSU), un representante del Ministerio de Educación, uno de la Presidencia, uno de los exrectores, uno de los egresados, uno del sector productivo, uno de los profesores, uno de las directivas académicas y otro de los estudiantes, que está vacante desde 2004 1.

El estatuto general de la Universidad de Antioquia precisa algunos detalles sobre la conformación del Consejo Superior y estipula requisitos. También fija en cinco los votos mínimos que debe obtener un candidato para ser rector.  

Pero antes de que el CSU decida, los universitarios participan de una consulta virtual, no vinculante, que envía un mensaje sobre la posición de estudiantes, profesores, empleados administrativos, egresados y jubilados. En la del pasado 12 de marzo, John Jairo Arboleda, en su doble condición de rector y candidato, quedó en el primer lugar en todos los estamentos, salvo el de jubilados. 

Esa consulta, sin embargo, también quedó en medio del ruido de desinformación que ha tenido la campaña. La universidad tardó más de una hora en publicar los resultados que deberían haber estado disponibles de forma inmediata. Y aunque aseguró que se trató de un problema técnico y que el sistema no fue alterado, varios candidatos cuestionaron la legitimidad de la consulta basados, además, en que los responsables del funcionamiento del sistema informático son subalternos de Arboleda.

Consulte aquí los demás resultados de la consulta.

Por ese mecanismo de designación, los votos para la Rectoría se consiguen afuera y adentro de la universidad. “Claro que es muy importante quedar bien parados en las consultas porque eso puede definir algunos votos de adentro, pero este sistema hace que uno tenga que reunirse con mucha gente de afuera y convencer a los integrantes del Superior, sobre todo a los que no son de la universidad”, le dijo a El Armadillo un candidato que pidió no ser citado con su nombre.

Entonces, si bien hoy no es posible afirmar que un candidato represente abiertamente a un partido, no es una novedad que se reúnan con los integrantes del CSU o con personas que influyan en sus decisiones, que se valgan de conexiones políticas y que, al mismo tiempo, traten de movilizar los votos de los estamentos de la universidad en las consultas. Sin embargo, esta vez hay varios elementos que le han puesto otro tono al proceso.

Por una parte, que sean 10 aspirantes, un número inusualmente elevado y sin un claro favorito. Por otro, que de esos candidatos tres hayan hecho parte del equipo rectoral 2 que termina su periodo y ahora estén compitiendo entre sí, incluyendo al rector Arboleda. Y también que algunos actores dentro y fuera de la universidad hayan echado mano de una combinación de formas de lucha para poner a sonar ideas a favor, pero sobre todo en contra de algunos candidatos.

“Uno ve tres estrategias. Una que consiste en tratar de quemar unas candidaturas diciendo que son cercanas al gobernador Rendón. Otra que es la de declararse el candidato del Gobierno Nacional y asegurar que cuenta con sus votos o que por lo menos tiene la posibilidad de obtenerlos. Y la tercera es la de tratar de moverse por la línea del medio, algo así como decir que son los únicos capaces de tender puentes y de llevar buenas relaciones con uno y otro lado”, dijo un directivo universitario que conoce de cerca el proceso de designación y a varios de los candidatos.

Esa movida de alinderar las candidaturas ha tenido en el centro a Natalia Gaviria, profesora de la Facultad de Ingeniería e hija del exmagistrado Carlos Gaviria Díaz. Según su propio equipo de campaña, se trata de una acción deliberada que empezó con una publicación del 19 de enero en la que el portal Ruta Noticias asegura que “detrás suyo está Mauricio Alviar”, exrector y actual secretario de Educación de Antioquia, un personaje clave en esta historia y sobre el que volveremos más adelante.  

Esa misma nota, publicada antes de que se inscribieran las candidaturas, también lanza conjeturas sobre otros aspirantes. Asegura, por ejemplo, que los dos votos del Gobierno nacional se irían con John Mario Muñoz, profesor de Ciencias Sociales y hermano del embajador en Nicaragua León Fredy Muñoz; y que Luquegi Gil, profesor de la Facultad de Derecho, es “la cuota de Alberto Uribe [exrector con mucha influencia en la universidad y entre algunos políticos y empresarios]”. 

Ese juego de señalar las conexiones políticas de los candidatos, a veces con base en relaciones laborales o familiares, a veces por sus antecedentes en la administración universitaria y muchas otras veces a partir de especulaciones, se replicó luego en redes y otros medios. Lo cierto es que en el caso de Gaviria esa idea de su relación con el uribismo creció como una bola de nieve.  

“Yo creía que iba a ser una disputa de poder más fuerte, como un punto de honor entre Petro y Rendón, pero ya no lo veo así. Se terminó degradando con una campaña sucia. En lo que pasó con Natalia Gaviria ha primado la desinformación”, dice Fredy Chaverra, politólogo y profesor de la UdeA.  

El 20 de febrero, Cofradía para el Cambio publicó un video en el que aseguró que “todo apunta a que la ficha del gobernador para la Rectoría es Natalia Gaviria”. Para sustentarlo, ese medio aseguró, sin presentar ninguna evidencia, que “una de las principales razones es que guarda gran cercanía y lealtad con Mauricio Alviar”. La candidata asegura que esa relación no existe y que esa idea debe tener origen en que, cuando fue rector, Alviar la designó como directora encargada de la Sede de Investigación Universitaria. Duró un año en ese cargo. 

El 8 de marzo, dos semanas después del video de Cofradía,  Semana publicó una nota en la que, sin citar fuentes, aseguró que el gobernador Rendón “simpatiza” con la candidatura de Elvia María González o con la de John Jairo Arboleda. Aunque sin un solo detalle que exponga cómo llegó a esa conclusión, ese medio se metió en la especulación sobre quién es el candidato del uribismo y apuntó hacia otras dos campañas. 

Los trinos falsos que circularon pocas horas antes de la consulta con la invitación a votar por una mujer —Además de Gaviria las otras dos candidatas son González, exvicerrectora de Docencia, y Lina María Muñoz, profesora de Ciencias Económicas— terminaron de darle forma a lo que algunos profesores consideran una estrategia coordinada.  

“Están aprovechando esa guerra fría de Petro y Rendón para hacer campaña, para marcar a los demás. Es una estrategia que no necesariamente viene de los otros candidatos, pero muchos han guardado silencio porque les conviene que sus competidores carguen con ese lastre”, dijo un profesor que pidió reservar su nombre porque ejerce un cargo de administración.

¿La universidad del GEA?

Que la foto de Manuel Santiago Mejía haya aparecido en las paredes de la UdeA a propósito de la elección de rector no es casualidad. Mejía lidera el grupo Corbeta, uno de los conglomerados empresariales más poderosos de Colombia y ha hecho parte en diferentes periodos del Consejo Superior Universitario. El primero en delegarlo como su representante ante el CSU fue el expresidente Andrés Pastrana. Además, financió las campañas de Rendón y Federico Gutiérrez en las últimas elecciones y es la personificación del poder de Proantioquia 3.

Vea también: Plata es plata: estos fueron los principales financiadores de las campañas de Federico Gutiérrez y Andrés Julián Rendón

Mejía también ha integrado juntas directivas de entidades públicas como EPM y Ruta N. De hecho, su salida de los organismos de dirección de esas dos entidades ocurrió en medio del pulso que ganó Daniel Quintero en 2020 para recomponer esas juntas.  

Su influencia entre el empresariado también lo ha llevado a ocupar el asiento de la representación del sector productivo en el CSU y, aunque ya no hace parte de ese organismo, su conexión más explícita con la universidad es su actual participación en la junta directiva del Hospital Alma Máter.  

Quizá la combinación de todos esos factores explique su protagonismo en el panfleto del 7 de marzo. “Manuel Santiago es un tipo con el que hay que hablar o al que por lo menos hay que buscar. Negar su influencia en muchas cosas que pasan en esta región sería muy ingenuo, otra cosa es decir que los que lo buscan le van a entregar la universidad a él o cualquier grupo de empresarios”, dijo un profesor jubilado que participó en varias administraciones.  

La participación del empresariado en las decisiones de la universidad genera resistencia entre un sector de estudiantes y profesores. Eso toca las raíces de una discusión profunda sobre la facilidad con la que agentes externos, incluyendo empresarios y el mismo gobierno, pueden hacer mayorías e imponer sus visiones en las decisiones de la universidad. Además, se relaciona con asuntos como la formación para el trabajo, los enfoques de la investigación y la dependencia que tienen las universidades públicas de proyectos de extensión —mayoritariamente contratados por el sector privado— que generen recursos ante el desfinanciamiento.

La estrategia de Rendón, el factor Alviar y la visión de universidad

El debate entre quién es el más y el menos uribista de los candidatos parece haber diluido la discusión de fondo entre visiones de universidad. Una clave de las diferentes posturas sobre el papel de la UdeA en la sociedad antioqueña y sus transformaciones está en Universidad de Antioquia, historia y presencia. 

Ese libro, cuya coordinación académica estuvo a cargo de la profesora María Teresa Uribe, se publicó en su primera edición en 1998 y expone el tránsito, a partir de mediados del siglo XX, de una universidad de élites a una universidad popular y de masas, que además se transformó en un escenario de deliberación política.  

“Hay un proyecto de universidad que añora esa universidad de élite en el sentido en que los estudiantes llegan, son los mejores, no se meten en discusiones políticas y salen y se insertan en el sector productivo”, dijo otro candidato a la Rectoría que pidió no publicar su nombre. 

Y algo que coincide con esa visión, por lo menos en parte, es lo que defendió el gobernador Rendón luego de su trino del 31 de enero en el que presentó un listado con las cifras de estudiantes que llevan más de 14 semestres en la UdeA. “Me temo que aquí podrían estar los que van a la Universidad a cosas diferentes a estudiar”, escribió. Luego, en una entrevista para Semana, dijo que es necesario “revisar por qué no están aprendiendo, por qué no están saltando rápidamente al mercado laboral”. 

Y en ese punto aparece de nuevo el nombre de Mauricio Alviar, exrector y ahora secretario de Educación de Rendón. Cobra relevancia, no solo por su pasado en la Universidad, sino porque también fue representante de los exrectores en el CSU y porque con frecuencia los gobernadores delegan su participación en ese organismo en su secretario de Educación.  

Su periodo en la Rectoría, a la que llegó en 2015 con el apoyo del entonces gobernador Sergio Fajardo y con los dos votos del gobierno de Juan Manuel Santos, cortó la dinastía de Alberto Uribe Correa ante el desgaste de una administración que pretendía atornillarse en un quinto periodo consecutivo y que, como el actual rector John Jairo Arboleda, fue cuestionada por la desatención de problemas de convivencia en la universidad. Entre tanto, Alviar promovió un proyecto de universidad que coincide con las preocupaciones del que ahora es su jefe.

“Él representa una visión que no es solo suya, la comparten algunos profesores. A finales de los 90 y comienzos de los 2000 viene una preocupación por una universidad que funcione bien, pero que además sea limpia. En uno de los foros de 2015, antes de ser designado, prometió que iba a acabar el problema de las ventas informales en tres meses, y el problema sigue. Ya cuando fue rector creó una relación entre ventas, drogas y capuchos”, recuerda un exdecano.  

En su rectoría se fortalecieron los controles de acceso a la universidad, se implementó una modificación en el examen de admisión que derivó en protestas, se anunciaron sanciones disciplinarias a los estudiantes con puestos de ventas informales y ordenó por lo menos dos veces el cierre de la universidad. Una de ellas, en 2017, para facilitar un operativo policial en busca de drogas. Fue un periodo de disputa entre la administración de la UdeA y sectores amplios del movimiento estudiantil y profesoral. 

Por eso relacionar a Alviar con cualquier aspirante a la Rectoría revive y endosa esas tensiones. Le enviamos algunas preguntas sobre este proceso, pero hasta la publicación de esta historia el secretario no había respondido. 

Después de que Rendón puso los reflectores en la universidad con el tema de los “estudiantes eternos” se replegó y no volvió a hablar públicamente del tema hasta que el 12 de marzo negó que fuera suyo el trino que le atribuían y en el que supuestamente promovía a la Rectoría a “una mujer firme”. 

Inaugurarse como presidente del CSU insinuando que entre los estudiantes que se tardan en culminar sus carreras están “los que van a la Universidad a cosas diferentes a estudiar”, puso muchas miradas sobre la UdeA, justo cuando empezaba a tomar forma el proceso de designación. “Esa fue su estrategia. Instaló conscientemente el bombazo y definió la agenda de la elección alrededor de él. Así convirtió el tema de la Rectoría de un debate interno a un debate externo”, dijo un integrante de una de las campañas.  

El martes 19 de marzo, cuando el CSU se reúna, tendrá sobre la mesa las hojas de vida de 10 candidatos y candidatas —si no hay renuncias antes—. Pero también tendrá enfrente el antecedente de una estrategia de desinformación con muchos jugadores, los resultados de una consulta que varias campañas consideran ilegítima, los efectos de la disputa de Petro y Rendón, y los acuerdos que se concretan dentro y fuera de la UdeA. 

*Nota editorial: el autor de esta historia es egresado y profesor de la Universidad de Antioquia.

*El pasado 2 de abril, luego de la publicación de este artículo, el Consejo Superior Universitario realizó la sesión extraordinaria 457 y reeligió a John Jairo Arboleda como rector para el periodo 2024-2027. Arboleda sacó seis de los ocho votos del CSU y obtuvo la mayoría necesaria para garantizar su tercer periodo al frente de la UdeA.

  1. En 2004 finalizó el periodo de Wilmar de Jesús Mejía, a quien luego algunos grupos de estudiantes acusaron de “vender al movimiento estudiantil”. Desde entonces no han elegido a alguien para esa posición con diferentes argumentos: cuestionamientos a los esquemas de representación, el reclamo de mecanismos de democracia directa o porque consideran que un solo voto en el CSU legitima las decisiones de ese organismo.
    ↩︎
  2. Además del rector Arboleda son candidatos Ramón Javier Mesa y Elvia María González, quienes fueron vicerrectores Administrativo y de Docencia respectivamente.

    A finales de enero, en el primer comité rectoral del año, le comunicaron a Arboleda su decisión de ser candidatos. Fue también en esa reunión que el rector anunció que aspiraría a un tercer periodo. Esa situación se ha prestado para numerosas especulaciones y para versiones enfrentadas sobre la reacción que tuvo el rector al conocer la decisión de competir por ese cargo por parte de esos dos integrantes de su equipo.

    También ha motivado cuestionamientos por los desequilibrios que puede generar la figura de un candidato/rector con acceso a medios con los que no cuentan los demás candidatos. Incluso, sobre el hecho de que los vicerrectores hayan tenido que dejar sus cargos para promover sus aspiraciones, pero no haya ocurrido igual con Arboleda.
    ↩︎
  3. Dos fuentes con las que hablamos coincidieron en que Proantioquia es la conexión entre la universidad y la élite empresarial. El exrector Rafael Aubad presidió durante 15 años esa fundación y es muy influyente entre el grupo de exrectores que definen esa representación en el CSU. ↩︎

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