Quintero en plaza pública: el (ya) exalcalde saltó de frente a la política electoral

Por El Armadillo

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1 de octubre de 2023

Menos de 24 horas después de radicar su renuncia ante la Presidencia de la República, Daniel Quintero se subió a una tarima junto a sus candidatos a la Alcaldía de Medellín y la Gobernación de Antioquia. Reconstruimos este primer acto de una puesta en escena que tendrá su primer corte el 29 de octubre. 

Por: Juan David Ortiz Franco y Vanesa Restrepo


El sábado 30 de septiembre Daniel Quintero caminó los alrededores de la estación Acevedo del metro de Medellín repartiendo el periódico de su rendición de cuentas. El domingo primero de octubre recorrió la misma zona, pero repartiendo volantes de campaña. 

El Quintero del sábado era alcalde y el del domingo, un militante del partido. Sin restricciones para impulsar candidaturas, saltó a la plaza pública. No es que antes hubiera evitado participar en política, pero desde hoy pudo hacerlo sin guardarse nada, sin puestas en escena —aunque todo sea una puesta en escena— y pronunciando de frente los nombres de sus amigos, que luego fueron sus funcionarios, que ahora son sus candidatos.   

“Ayer Quintero vino y entregó unos papeles diciendo que estaba dando la cara y que en El Poblado lo estaban atacando. Que esa era su forma de defenderse. Vino con poquita gente y no hubo tarima. Yo trabajo con el que me ayude y con este alcalde pude tener mi permiso para trabajar en la calle. Por eso iba a inscribir la cédula para votar en Medellín, pero David, de Espacio Público, me dijo que mejor la dejara en Bello porque también necesitaban mover gente allá”, le dijo a El Armadillo un vendedor ambulante, que tenía su puesto instalado muy cerca de uno de los puentes peatonales que llevan a la estación del metro. 

El evento fue convocado con una pieza que circuló desde el viernes en grupos de WhatsApp y anticipaba un “gran anuncio” del partido Independientes. Estaba citado a las 9:00 a.m., pero a esa hora apenas terminaba el montaje de la tarima sobre la carrera 52, la vía paralela al río Medellín que atraviesa varios sectores de la zona nororiental. 

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El montaje se hizo a un costado de las vallas que separan la calle de las obras preliminares de Parques del Río Norte, un proyecto del que Quintero habló casi una hora y media después, cuando llegó en hombros a la tarima, junto a sus dos candidatos. “Esta obra la iban a hacer en El Poblado”, dijo el exalcalde. 

Pero antes de que eso pasara, Juan Pablo Ramírez, que fue secretario en tres dependencias distintas durante la administración de Quintero y ahora es el gerente de campaña de Upegui, tomó el micrófono, se puso en el papel de animador y empezó a ordenar a las personas que llegaron temprano:

“Vamos subiendo, nos vamos acercando aquí a la tarima para cuando lleguen Juan Carlos Upegui, próximo alcalde de Medellín; Esteban Restrepo, próximo gobernador de Antioquia; y Daniel Quintero, digámoslo así, próximo presidente de Colombia, ¡¿quién quiere?!”. 

Luego Ramírez les pidió a las personas que tenían banderas que se hicieran a un costado para que no se atravesaran en las tomas de las cámaras de por lo menos ocho medios de comunicación, arrumadas en una tarima dispuesta a unos metros del escenario principal. “Háganse a este lado, tengan en cuenta que allá están nuestros amigos de los medios que nos van a ayudar a extender nuestro mensaje”, agregó.  


Y así fue. “En la mañana, cada hora, salí con el tema y luego abrí en las noticias del mediodía”, contó un reportero de una cadena radial que estuvo en el cubrimiento. Lo mismo pasó en buena parte de los noticieros de radio y televisión regionales y nacionales. Quintero fue la noticia del día, pero logró más que eso: muchos enfoques los direccionó su acto de campaña. 

Poco antes de que Quintero, Restrepo y Upegui llegaran, Juan Pablo Ramírez le propuso una arenga a los asistentes. Él pronunciaba un apellido y el público respondía: 

—Upegui, alcalde. Upegui, alcalde. 

—Esteban, gobernador. Esteban, gobernador. 

Un hombre muy cerca de la tarima, pero del otro lado de las vallas que separaban al grueso de los asistentes, trataba de seguir el ritmo, pero con otras palabras: “Abajo Upegui, abajo Upegui”. Ramírez le respondió: “Amigo, aquí estamos los independientes… Sin violencia, sin violencia”. El público lo siguió en su consigna: “Sin violencia, sin violencia”.  

Ese hombre es un líder comunitario de Andalucía. Presidió una junta de acción comunal, pero le dijo a El Armadillo que ya no le interesa participar en una campaña, aunque su voto será por Federico Gutiérrez: “Yo vine porque no me gusta quedarme callado y digo de frente lo que no me gusta, pero yo no soy violento. A mí me parece muy bueno que este señor haya renunciado, aunque esa sea una estrategia para hacer campaña o porque en la Alcaldía lo tenían tallado”. 

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Lo de una estrategia para hacer campaña lo ratificó Quintero en su discurso y en el video que publicó el mismo domingo en la mañana anunciando que apoyará abiertamente a sus candidatos. Pero esa segunda idea que mencionó ese líder, la del alcalde acorralado por investigaciones en curso o la cercanía de una sanción, aún está en el terreno de la especulación. 

Antes del evento, Luis Peláez, diputado de la Asamblea de Antioquia que interpuso una queja disciplinaria contra Quintero por participación en política, le había dicho a El Armadillo que a su juicio había una razón política y otra jurídica para su renuncia, pero ambas en la misma vía; la posibilidad de una decisión judicial o de un organismo de control que lo sacara del cargo: “La política, para evitar el golpe de ser destituido. La jurídica, porque los efectos no son los mismos estando en el cargo. Así atenúa tiempos, aunque la inhabilidad es directa”. 

Esa misma tesis la han reproducido otras figuras de oposición desde el viernes, cuando empezaron a tomar fuerza los rumores de la renuncia, sobre todo después de una nota de Semana que aseguraba que el anuncio era “inminente”. Incluso, en medio del ruido en redes y de las especulaciones, un candidato a la Alcaldía se atribuyó como un logro suyo la posibilidad de esa renuncia. 

Pero Quintero es un hombre de estrategia. “Este man es un temerario, planeó todo quién sabe desde cuándo. Lo cierto es que esto no ha pasado y no podemos predecir el resultado. Solo hay una cosa cierta, si los aliados estamos desconcertados los enemigos deben estar peor. Y eso es bueno”, le dijo a El Armadillo una persona que trabaja en la campaña a la Gobernación de Esteban Restrepo. 

Algo parecido señaló un exfuncionario, ahora también en campaña, que contó que los preparativos para ese evento empezaron hace una semana. También recordó lo que pasó en 2022, cuando la Procuraduría lo suspendió dentro de una investigación, aún en curso, por apoyar en un video de forma (no tan) velada la candidatura de Gustavo Petro a la Presidencia: “Hizo ese video y nos dijo: ‘Mañana me suspenden’. Esta vez, si lo hubieran suspendido, para él mejor. Pero renunció porque la procuradora no le iba a dar ese papayazo. El jefe no se equivoca en política”.

La puesta en escena

Sobre las 10:30 de la mañana Quintero, Restrepo y Upegui llegaron al sitio del evento. Un corrillo de activistas de la campaña los rodeó y, a la señal de uno de los líderes, los alzaron en brazos. Al mismo tiempo en la tarima los candidatos a Asamblea y concejos por Independientes encendieron bengalas de humo con los colores del partido. 

Mientras en la tarima una de las candidatas sostenía un cartel con la frase: “La plata alcanza cuando nadie se la roba”, abajo dos hombres hacían chistes. “¿Pero el alcalde no estaba pidiendo plata en el Concejo hace días que porque no alcanzaba?”, comentó uno. El otro estalló en carcajadas. Ambos usaban camisetas marcadas con el nombre de Hugo Díaz, candidato a la Alcaldía de Bello y exdirector de Buen Comienzo. 

Restrepo y Upegui fueron los primeros en tomar la palabra. En conjunto no hablaron más de 10 minutos, se abrazaron, se autoproclamaron alcalde y gobernador y lanzaron arengas contra el uribismo. Luego Quintero pasó al frente y habló por casi 40 minutos. Dijo que sus opositores pensaban que se iba a quedar quieto, pero que hacer campaña en las calles era su nuevo trabajo: “Vinimos a dar la batalla de nuestras vidas”. 


En realidad, el acto de campaña no empezó en esa tarima. Y el exalcalde se encargó de dejarlo claro. Dijo que antes de llegar a ese sitio había estado orando en una cruz ubicada en la parte alta del barrio Popular. Pero que él no perdía tiempo, que por eso había bajado repartiendo volantes, que mientras caminaba, la gente lo reconocía como “el que está reconstruyendo la biblioteca España que otros se robaron”.  En su discurso mencionó siete veces la palabra “dios”. 

Luego hizo un llamado a la unidad con otros candidatos. Mencionó, entre varios nombres, el de otro de sus viejos amigos: Albert Corredor. La consigna fue similar a la que utilizaron en 2022 sectores de oposición a Gustavo Petro. Por supuesto, con otros actores: «Cualquiera menos ‘Fico'».

Y entonces se dedicó a alabar a su candidato a la Alcaldía. “Upegui ha hecho una campaña a pulso, en las calles, sin muchos recursos”, dijo. A la fecha, esa campaña ha reportado gastos por $41.9 millones ante el Consejo Nacional Electoral, de los cuales $21.4 fueron donados por el gerente de campaña, Juan Pablo Ramírez. Sin embargo, hay gastos que aún no se han reportado, como los más de $162 millones invertidos entre agosto y septiembre en pauta digital en Meta (la empresa dueña de Facebook e Instagram).

Quintero también comparó su campaña de hace cuatro años con la de Upegui. “En este punto, en las elecciones pasadas, yo tenía el mismo puntaje que Juan Carlos Upegui. Y Ramos tenía cuarenta y pico de puntos, los que tiene Fico hoy”, dijo.

Los datos no son precisos. En la encuesta de Guarumo y Ecoanalítica del 28 de septiembre de 2019, Ramos aparecía con 25.5% de intención de voto, mientras que Quintero marcaba 18.3%. La encuesta de Invamer, que se publicó el 11 de octubre de 2019, le daba 36.2% de intención de voto a Ramos, frente a 25% de Quintero.

Hoy en la encuesta de intención de voto de Invamer, publicada el 27 de septiembre, Federico Gutiérrez marcó 64.5% y Juan Carlos Upegui llegó a 14.8%. Otra de Atlas y La Silla Vacía publicada también la semana anterior pone a ‘Fico’ con el 68.7% y a Upegui en segundo lugar con el 12.5%.

Y entonces, Quintero le dedicó un momento a las encuestadoras, a una en particular: “Invamer se equivocó conmigo. ¿Y de quién es Invamer? Es de Jorge Londoño de la Cuesta, nombrado por Federico Gutiérrez como gerente de EPM cuando se cayó Hidroituango. Él es el dueño de Invamer”.

Eso de la propiedad de Invamer en la actualidad tampoco es preciso. Lo que sí es cierto es que esa firma fue fundada por la familia de Londoño y que él estuvo al frente de esa empresa desde finales de los años 80 hasta que renunció en 2015 para asumir la Gerencia de EPM. Desde ese momento dejó de ser accionista. 

“Invamer fue fundada por unos tíos míos en 1970. En 1989 ingresé a la compañía y laboré allí hasta que me fui al sector público, a la Gerencia de EPM. Durante el tiempo que estuve en Invamer tuve participación accionaria en la empresa como parte del esquema de remuneración, acciones que fueron devueltas al momento de retirarme de la compañía”, le dijo Londoño a El Armadillo. Verificamos esa información con registros empresariales y es cierto que a la fecha su nombre no figura como accionista. 

Y entonces, Quintero se centró en las empresas, o mejor, en la relación entre empresarios y políticos. Dijo que el “establecimiento compró a El Colombiano y lo convirtió en un arma de guerra”. Y que el gobierno de Federico Gutiérrez se eligió como alternativo, pero luego se dedicó a defender al uribismo y a los empresarios que se tomaron lo público para su beneficio particular. Cambió el concepto de “fajardo-uribismo” que acuñó durante la campaña presidencial y lo reemplazó por el de “fico-uribismo”. 

En enero de 2020, cuando Daniel Quintero asumió como alcalde en una plaza pública con muchos más asistentes que los de este fin de semana, dijo: “Si hay una ciudad que sabe cómo enfrentar los retos más complejos, esa es Medellín. En los momentos más difíciles, hemos sabido salir adelante, no por la capacidad de un gobernante, sino por la capacidad de unirnos como región. La universidad, la empresa, el Estado y claro, la ciudadanía”.

Casi al final de su puesta en escena de este domingo, el público lo interrumpió: “Presidente, presidente, presidente”. Quintero guardó silencio unos segundos. Dijo que por la emoción había perdido el hilo del discurso.  

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